EL VIRREINATO DEL PERÚ EN EL REINADO DE FELIPE V

El ascenso de Felipe V a la corona española trajo consigo, en primer termino, un fuerte intercambio comercial con Francia. En 1701, el Rey autorizó la apertura de los puertos hispanos a los navíos franceses.

En 1705 llegó a Lima Manuel de Oms y Santa Pau, marqués de Castell dos Rius, el primer Virrey enviado por los borbones al Perú. Hasta 1710 gobernó este Virrey que al permitir la presencia de naviós franceses en el Callao, encontró gran resistencia del Tribunal del Consulado, cuyos miembros acusaron al Virrey de fomentar el contrabando.


Según el historiador Jonh Fisher, los franceses saturaron el mercado local con miles de toneladas mercancías que desembarcaban por Pisco, sin pagar almojarifazgo. Esto con el aval del virrey que tenía familiares involucrados en las empresas contrabandistas.

A semejanza de las famosas academias francesas, el Virrey Castell dos Rius, amante de la poesía y el teatro, fundó una Academia Literaria en 1709, la misma que funcionaba en el propio palacio de Lima. Entre los contertulios amigos del Virrey estaba el prestigioso erudito criollo Pedro Peralta y Barnuevo.


En 1710 asumió el poder Don Diego Ladrón de Guevara, Obispo de Quito, pues su nombre figuraba en el Pliego de Providencia (llamado tambien Pliego de Mortaja), traido por el virrey anterior. Durante este gobierno llegó la noticia de la firma del Tratado de Utrecht (1713) que ratificó a Felipe V como Rey de España y permitió la llegada de los Navíos de Permiso con 500 toneladas de mercadería británica a la Feria de Portobello, perteneciente al Virreinato del Perú.

En 1716 inició su gobierno Don Carmine Nicolás Caracciolo, Príncipe de Santo Buono. Este Virrey recibió la noticia de la creación del Virreinato de Nueva Granada en 1717, con lo cual se segregaban al Perú las audiencias de Bogotá, Quito y Panamá. Su duración fue efímera pues a los pocos meses su corte fue desmantelada y sus territorios volvieron a jurisdicción del Virreinato peruano.



En 1720 llegó a la Lima el Virrey Diego Morcillo, Arzobispo de Charcas, quien gobernó sin mayores sobresaltos hasta 1724 en que tomó el poder José de Armendáriz, marqués de Castelfuerte. Este Virrey era un experimentado militar y su nombramiento obedece precisamente a los planes de defensa y paz colonial que impulsaron los borbones en el siglo XVIII. La carrera militar se convirtió en un requisito para el nombramiento de los virreyes, principalmente desde 1745.

El marqués de Castelfuerte fortificó todos los puertos del virreinato, incrementó las tropas. Asimismo, pudo derrotar diversas rebeliones como la de los indios de Cochabamba y la del criollo José de Antequera en el Paraguay.



En 1735 la corona española creó el sistema de Navíos de Registro, autorizando que españoles e ingleses comercien con los puertos españoles de América por iniciativa propia. El único requisito era pagar los derechos aduaneros (almojarifazgo) en el puerto de Cádiz. En la práctica se suprimía el sistema de flotas y galeones y se derrumbaba la famosa feria de Portobelo.

De 1736 a 1745 gobernó el Perú Don José Antonio de Mendoza, marqués de Villagarcía. Sucesos importantes marcaron este periodo. En 1739 estalló una guerra con los ingleses en el Mar Caribe. Ante la grave situación el Rey Felipe V decidió restablecer inmediatamente el Virreinato de Nueva Granada. Aparte de Bogotá, Quito, Panamá y Venezuela, se anexaron al nuevo virreinato los territorios peruanos de Maynas, Jaen, Tumbes y Guayaquil.



En 1741 llegó una poderosa escuadra británica al mando del corsario George Anson. Los invasores saquearon e incendiaron Paita. Al año siguiente miles de nativos ashánincas y shipibos se sublevaron en el Gran Pajonal (Selva Central). Su líder era Juan Santos Atahualpa quien pretendía expulsar a los españoles y restaurar un gobierno incaico para el Perú. Las fuerzas del virrey no pudieron derrotar a los rebeldes.

El siglo XVIII también se caracteriza por el impulso a las expediciones científicas auspiciadas por los reyes borbónicos. Una de las más importantes fue la que encabezó el sabio francés
Carlos María de la Condamine.

Cosmógrafos, naturalistas y etnólogos integraron el equipo que llegó al Perú en 1737, entre quienes se encontraban dos ilustrados españoles: Jorge Juan y Antonio Ulloa. Ellos tenían la misión de elaborar un informe con los pormenores de la desorganización colonial, corrupción de los funcionarios y comercio ilegal que caracterizaban al Virreinato. El informe fue publicado más tarde con el título de "Noticias Secretas de América".

En 1746 murió el Rey Felipe V. Pocos meses antes había nombrado como nuevo Virrey del Perú a José Antonio Manso de Velasco.